Hace pocos días, el Senado de Mendoza aprobó cambios a la normativa provincial que regula la producción de cannabis, su distribución y comercialización con fines medicinales, terapéuticos o industriales aquí en la provincia. Estas modifaciones apuntan a brindar mayor seguridad jurídica a quienes lo producen y un mejor control estatal de quienes lo consumen por razones terapéuticas o medicinales. Además, y quizás mayormente, busca habilitar el «uso del cáñamo para apliacaciones industriales, como materiales de construcción, textiles y cosméticos», según informa el propio Senado.

Agustina Cereda analiza el rol de la Agronomía en la producción de cáñamo de cannabis en Mendoza
Agustina Cereda es ingeniera agrónoma y entiende que «la provincia de Mendoza reúne condiciones suficientes para posicionarse en la matríz productiva y comercial del cannabis con fines medicianles, terapéuticos o industriales». Recientemente, y previo a la aprobación del Senado mendocino al proyecto del Gobierno que propuso estos cambios normativos, Cereda fue convocada para brindar su análisis y opinión desde el punto de vista de la Agronomía: «La industrialización del cáñamo aquí en la provincia contaría con un gran sector de profesionales preparados para desarrollarla», aseguró allí.
Ahora, entrevistada por nuestro Consejo Profesional de Ingenieros y Geólogos de Mendoza, Cereda amplió parte de la presentación que realizó en el Senado mendocino, principalmente en un punto clave: la incumbencia de la ingeniería agrónoma en esta nueva matriz de producción que podría asomar en la provincia. «Trabajamos de una manera parecida a lo que lo haría un agrónomo junto a un enólogo», compara; y agrega que «el rol del ingeniero agrónomo en la industria canábica es muy importante, ya que es una industria que tiene requerimientos normativos importantes y un control de calidad bastante elevado».

Criadero de Mamua Seeds, de la genetista Denise Yacar
Incumbencias y participación del ingeniero agrónomo
Agustina puntualiza algunas de las incumbencias que ella observa, basada en su experiencia en otras provincias argentinas, que tiene un ingeniero agrónomo en la matriz productiva del cannabis, tanto en relación a aspectos de calidad, logística para su distribución, necesidades de conocimiento normativo, hasta preparación del suelo, producción y uso de insumos para siembra y cuidado del cultiuvo.
«Entre las incumbencias que tiene el título del ingeniero agrónomo, yo creo que es el perfil profesional más adecuado para establecer circuitos de auditorías, fiscalizaciones, controles de calidad, que son cosas que hacen tanta falta y que se consideran fundamentales para el desarrollo de esta industria», indica.
Del autocultivo a la industria farmacéutica
Por último, Agustina describe que «el cannabis no es solamente que pasamos del autocultivo a la industria farma (por farmacéutica)». Y amplía: «Tenemos varios estadios intermedios que nos están tomando en cuenta y que tienen características de agricultura regional, donde los productos son totalmente artesanales y de una calidad que, si lo comparamos con la industria vínica, tienen que ver con la apreciación de las características organolépticas del producto en su totalidad y no solamente atribuidos a sus beneficios para la salud».